Si hoy recibieras un video de tu hij@ robando o maltratando a otros, probablemente lo primero que pienses es que han manipulado el video o que es una actuación. Se te ocurrirán mil cosas antes de considerar la posibilidad de que realmente ha sido tu hij@, ese “ángel” que tienes en casa y que nunca antes había hecho algo parecido. Incluso es posible que te autoengañes para evadir el asunto.
Casi todos en algún momento, hemos padecido esa mezcla de vergüenza, dolor y culpa que nos ahoga cuando vemos que nuestr@ hij@ hizo algo negativo que nunca pensamos que sería capaz de hacer.
No existe un modelo de maternidad/paternidad infalible para criar hij@s perfect@s. L@s hij@s son tan imperfect@s o más que los mismos padres.
En este momento, debemos recordar que todos hemos cometidos errores y que si los errores son abordados de la manera correcta, nos pueden dejar buenos aprendizajes que nos harán crecer como persona.
Puede que como madre/padre en parte te sientas culpable y esto te sirva para reflexionar sobre tu propio modelo de crianza, lo cual siempre es positivo. Aún así, es importante que recuerdes que la crianza perfecta no existe y que no somos 100% padres. Es decir, también tenemos otros roles en nuestras vidas. Somos hijos, pareja, trabajadores, amigos, hermanos y repartimos nuestro tiempo en muchas cosas que a veces nos sirven para ser mejores padres y en otras ocasiones simplemente nos desenfocan de dicha tarea. Es cuestión de hacer un equilibrio y de poner prioridades.
Te comparto mis recomendaciones en caso de que alguna vez te veas en una situación como esta:
- Infórmate a fondo y ten a mano pruebas antes de hablar con tu hij@ sobre la acusación que se le hace.
- Tómate un tiempo para “enfriar” tu cabeza de manera que puedas tratar el tema sin rabia y con suficiente tranquilidad para poder escuchar lo que tu hij@ te pueda decir al respecto.
- A menos que tu familia sea monoparental, es importante que antes de hablar con tu hij@, trates el tema con tu pareja para que ambos se pongan de acuerdo sobre cómo abordarlo.
- Pídele a tu hij@ que piense antes de hablar y explícale que esperas honestidad de su parte.
- Duda de todo. Es decir, no abordes a tu hijo acusándolo directamente, eso eliminará cualquier posibilidad de diálogo. Simplemente, empieza haciendo preguntas precisas y luego explícale cuál es la información que tienes y pídele que te explique su versión.
- Evita hacer gestos exagerados y en ningún caso seas irónico o burlón.
- Escucha con paciencia hasta el final, muérdete la lengua si es necesario.
- Luego, frente a ustedes como padres y a las otras personas afectadas explica cuál será la consecuencia de su acto.
- Sé objetivo, no exageres las cosas con ideas moralistas, pero tampoco busques excusas baratas para minimizar el hecho.
- Busca consecuencias directas y lógicas sobre el hecho, evitando amenazar con “castigos” fatalistas que bien sabes no se van a cumplir.
- Recuérdale a tu hij@ lo mucho que le amas. Dile que todos cometemos errores, pero que también tenemos otras buenas cualidades que nos definen. Menciona las cosas positivas que ves en él/ella.
- Sé compasivo mientras le exiges asumir sus consecuencias. Sé recto, pero no le atropelles, no le ofendas, ni maltrates. Recuerda que lo que salva es el amor y que solo cuando corregir es un acto de amor, provoca que el otro crezca.
- Recuerda que el amor salva y que la sombra es la prueba de la existencia de la luz. El que esté libre de pecado…
Finalmente, recuerda que la mejor manera de enseñar es a través del ejemplo. Si nosotros en la cotidianidad aprendemos y asumimos responsabilidad por nuestros errores, será más fácil que nuestr@ hij@ lo haga.
Consultora en Educación, Crianza y Sostenibilidad
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