Cuando muere un ser querido


Todos sabemos que algún día nos tocará enfrentar la muerte de un ser querido. Sin embargo, quizás por temor o por tabú, evitamos hablar del tema. Pocas personas se preparan para afrontar la muerte de un ser querido, y quienes lo hacen suelen pensar en procedimientos legales y asuntos funerarios. Así, cuando finalmente sucede, entre tantas emociones pocos se detienen a pensar cuál es la mejor manera de explicar lo sucedido a l@s niños de la familia.

Tener un concepto sano de la muerte contribuye a evitarnos muchos temores innecesarios y noches en vela. Por eso, el que nuestr@s niñ@s puedan tener una experiencia constructiva es muy importante ya que sabemos que, a lo largo de la vida les tocará inevitablemente despedir a varios seres queridos.

Es esencial entender que la muerte es parte de la vida misma. Es parte de un ciclo que va en espiral y que, por lo tanto, no tiene que significar el fin.

Cómo se aborde el tema dependerá en gran parte de las creencias que la familia tenga al respecto. Aún así, a continuación ofrecemos algunas pautas que el adulto puede seguir para ayudar a su niñ@ a entender mejor la situación.

  • Aborde el tema con naturalidad. Evite ser trágico. Si es coherente con las creencias familiares, compárelo con el ciclo de vida de una planta o con una persona que hace un viaje.
  • Evite dar demasiados detalles sobre las causas de muerte. Ahórrese las fotos sórdidas y los comentarios morbosos o sensacionalistas. La idea es no impresionar innecesariamente al niñ@.
  • Proponga al niñ@ (a partir de los 4 años de edad) participar en algunos rituales. Por ejemplo, pueden comprar flores y llevarlas a los familiares o al sepelio. Es importante que aprenda a ser solidari@ y respetuos@ del dolor ajeno. Igualmente entender que hay un momento en la vida para cada cosa.
  • Permítale llorar y hacer todas las preguntas que quiera, pero no le dé más información que la que necesita.

Es posible que en los días siguientes el niñ@ sienta miedo de que usted o cualquier persona querida muera de repente. Por lo tanto, manténgase cerca, recuérdele cuánto le ama y realicen actividades que desvíen su atención de lo sucedido. Aprender a superar los momentos de tristeza es una gran lección que sirve para toda vida.

Aurora Badillo Calderón

Consultora en Educación, Crianza y Sostenibilidad 


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